El cambio climático y la transición energética han supuesto para las empresas la revisión y la adecuación de sus recursos y consumos para adoptar modelos de desarrollo más sostenibles y transitar hacia la descarbonización.
Hace tiempo que en QUIMSER hemos asumido este reto. Fruto de una fuerte concienciación medioambiental y del esfuerzo dedicado en este ámbito, se han conseguido notables mejoras en los procesos productivos: hemos desarrollado productos más ecológicos y, por tanto, menos contaminantes y reducido sustancialmente el consumo de agua, energía y el volumen de aguas residuales generadas, entre otras acciones.
En el ámbito energético, cabe destacar dos mejoras específicas:
Reducción del consumo de gasoil: Utilizado para calentar materias primas para los procesos de fabricación en reactores, hemos sustituido los productos que requieren calentamiento en cámaras calientes o para mantener su estado líquido, por otros que permanecen en estado líquido a temperatura ambiente. Asimismo se ha optimizado el tiempo y la temperatura de calentamiento de estos productos y de los procesos asociados. Gracias a estas medidas, hemos podido reducir el consumo de gasoil en un 40% en 2023 con respecto a 2022, y esperamos una disminución adicional del 10% en 2024. Este avance no solo se ha traducido en una bajada significativa del uso de combustibles fósiles y la consiguiente emisión de CO2, sino también en una minimización sustancial de nuestra factura energética.
Eficiencia energética en electricidad: A finales de 2022, implementamos la instalación de placas fotovoltaicas en una de nuestras naves industriales. Ello nos permitió alcanzar un nivel de autosuficiencia del 43% en 2023, en comparación con el 39% de 2022. Incluso en las instalaciones que todavía no cuentan con placas fotovoltaicas (proyecto próximo a realizar) se ha logrado reducir el consumo eléctrico en un 15% gracias a las medidas de optimización de los procesos productivos ejecutados.